Libre

Intentaba acariciarla, acercarse a las mejillas que durante horas se habían visto ahogadas por amargos torrentes de lágrimas que corrían silenciosamente a desembocar en su cuello, arrastrando los lamentos que la boca, incapaz de articular, acumulaba.

Se dio cuenta pero le dejo hacer.

Daba igual.

Apenas la quedaban miradas hirientes con las que apartarlo.

Se sorprendió de no sentirse incomodada con esta situación. Siempre había sido reacia al contacto entre dos seres calientes, a abrir la puerta, de su crisálida de cristal frágil, a la pasión.

Con él no ocurría así.

Sentía la necesidad de dejarse amar durante unos breves segundos, de experimentar en su piel morena como el vello se erizaba ante una caricia o como el corazón respondía ante un susurro.

Resultaba ser un amante perfecto. Silencioso, enigmático, atento…

Lo envidiaba por ser libre y por estar libre, por ser libre de ir a donde quisiera y por estar libre de dar explicaciones, libre de hacer lo que se le antojará y estar libre de cualquier responsabilidad, libre de permanecer con quien quisiese y estar libre de tener que sentir algo hacia ella.

Libre de nauseas, de escalofríos, de emociones insospechadas…ahí era donde radicaba su dicha y su tormento, pues era eso lo que le convertía en viento, solo viento, viento…